jueves, 28 de junio de 2012




HOY ME DUELES


Hoy me dueles.
No sé decir por qué, pero me dueles.
Será la noche, tal vez,
será la noche que pasé lamentando
no estar junto a tu fiebre,
junto a tu cuerpo ardiente
para servir de almohada, de cama o de muleta…
Para besar tus manos, profundamente tibias,
para besar tus ojos
y decirte “te quiero.”

                                   Y parecer un sueño…



***


Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA

miércoles, 27 de junio de 2012

SIN EXCUSAS


El amor nunca mide, no especula,
no es racional, no es lógico, ni responde a cánones estéticos,
      no se calcula ni compara, no teme, no es inseguro,
           es impulso, acción, mirada, es energía, calor,
                es suave y dulce,
                     es sincero el amor…

Pasa y nos toma, nos atrapa, nos impulsa
nos envuelve, perdemos la noción del tiempo,
   nos volvemos vulnerables, etéreos, livianos, zonzos,
      nos ruborizamos, nos estremecemos, nos entregamos,
           nos retorcemos, nos extasiamos, nos necesitamos,
              nos reafirmamos, nos adulamos, nos abrazamos,
                  nos aliviamos, nos reímos, nos acompañamos…

                           Jugamos, caminamos, viajamos, soñamos,
      construimos de la mano, uno al lado del otro,
nos miramos, nos conocemos, nos admiramos,
nos valoramos, tropezamos, nos elegimos, nos levantamos,
    nos creamos, nos reinventamos, nos superamos, crecemos,
            nos atraemos, nos sensualizamos…

                No hay barrera, ni engaños: tu dolor me duele,
                    tu alegría me alegra, tus logros son mis logros,
                        tu compañía me llena.

                            Es tan inmenso mi amor que te elegiría cien…
                                        mil veces más en esta vida;
                                               te elegiría siempre
                                                    y a cada momento,
                                                        sin “peros”,
                                                         sin excusas…

                                                            única,
                                                             íntegra y
                                                             eternamente
                                                                  tuya.



***

María Fernanda Burgueño
ARGENTINA



martes, 26 de junio de 2012



Gerundios


el mundo ama, destruye, se encabrita
en el polvo de bajas pasiones
 

corre  el tiempo y el sol se desvanece
en el cuadro magnífico ignorado
 

y en cada flor la vida se resume
 

muchos sueños gravitan afiebrados
sobre  la absurda humanidad suicida

yo sigo aquí

de bruces sobre un libro
      leyendo/
                    pensando/
                                     muriendo... 





***


Carlos Rodríguez Almaguer.
CUBA

 Caminante no hay camino


Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso.

***

Antonio Machado
ESPAÑA


lunes, 25 de junio de 2012





Una nueva canción del caminante


Yo soy el que camina ensimismado
escuchando rumores de la lluvia
en su germinadora lozanía.

Yo soy el taciturno, el innombrable,
que camina sin rumbo entre hojas grises
en busca del otoño y sus cenizas.

Yo vengo de otros mundos
con los ojos cargados de destellos,
y me siento a la vera de este camino largo
a contemplar mis pies… ¡y los recuerdos!

Yo soy el que antes era, el que mañana
protegerá en sus manos la esperanza
de que no muera el Sol ni las raíces
mientras en las edades de la vida
haya alguien que cante su alegría…


***


Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA

viernes, 22 de junio de 2012



Confundido
 

¿A qué le temes vida mía?
Te alejas,  te separas,  te silencias e invisibilizas.
 

¿Qué te ahuyenta?
Te escondes, pones llaves, te bloqueas y te limitas.
 

¿Qué te acecha?
Te disfrazas, te camuflas y despersonalizas.
 

¿Qué te aprieta?
Te asfixias, te incomodas, te molestas y volatilizas.
 

¿Qué te irrita?
Te enojas, te fastidias, te molestas y gritas…
 

¿Qué nombre tiene ese fantasma vida mía?
Por qué te alejas, te escondes,  te disfrazas, te enojas y te asfixias.
 

No soy yo tu tormento, no soy  yo tu desidia,
yo no soy tu agobio ni tu fastidio ni tu ira!
 

¿A qué le pones lindes, vida mía?

***


María Fernanda Burgueño
ARGENTINA

Vivir quince mil vidas 

 (Tomado de Segunda Cita)

 

Wichy Nogueras. foto: srd
Por Manuel Orestes Nieto *

Pasan años y ocurren libros, y en el centelleo de la recurrente memoria hay escritores que siempre están, en la evocación y en el momento inesperado.  Eso me ocurre -y creo que le ocurre a muchos poetas cubanos- cuando, como un duende alegre, Luis Rogelio Nogueras reaparece, ocurrente, natural y de talento desbordante.

En mi caso, a fines de los sesenta y en los setenta, mucho le debo a la poesía cubana y mexicana que entonces se hacía, a esas novedades del lenguaje, libre, coloquial, cercana a nuestras vidas.  Y de ellos, supe de ese joven y prematuro escritor, que escribió Cabeza de zanahoria y ganaba la primera versión del Premio David de la UNEAC, que fundaba El Caimán Barbudo, que se adentraba en la cinematografía, que trabajaba en una imprenta y que era zapador del género policial en Cuba, al punto de que Y si muero mañana lo coloca como un imprescindible del género.  Leer Imitación de la vida fue constatar que Wichy, a los 37 años era dueño de un lenguaje personal de amplio espectro y que sus ocurrencias y sorpresas, sus propuestas fílmicas o narrativas, se apelotonaban en una efervescencia notable y se enlazaban con su arco poético, sin duda, el más potente rotor de los géneros que cultivó a lo largo de su corta y alada creación literaria.

Cuando viene al caso, no lo pienso sólo; siempre está cosido a sus amigos, a Víctor Casaus y a Silvio; así llega siempre esa imagen fraterna de la cultura cubana y sus artistas.  En Panamá, un puñado de jóvenes poetas lo leíamos y Pedro Rivera, poeta y cineasta como él, nos traía de Cuba los libros y las novedades del ICAIC; citábamos versos de Luis Rogelio Nogueras y de Roque Dalton, de su Taberna; queríamos conocer a Roberto Fernández Retamar, ir a Cuba.

Por eso y mucho más, el más vivaz y representativo poeta de su generación, el cometa estelar y naranja como él, bien tiene ganado vivir las quince mil vidas del caminante.

 Escritor panameño, Premio Casa de las Américas, 1975. Premio Honorífico de Poesía José Lezama Lima de Casa de las Américas, 2010.




Oración por el hijo que nunca va a nacer.

 
Éramos tan pobres, oh hijo mío,
tan pobres
que hasta las ratas nos tenían compasión.
Cada mañana tu padre iba a la ciudad
para ver si algún poderoso lo empleaba
-aunque tan sólo fuera para limpiar los establos
a cambio de un poco de arroz-.
Pero los poderosos
pasaban de largo sin oír quejas
ni ruegos.
Y tu padre volvía en la noche,
pálido, y tan delgado bajo sus ropas raídas
que yo me ponía a llorar
y le pedía a Jizo,
dios de las mujeres encintas
y de la fecundidad,
que no te trajera al mundo, hijo mío,
que te librara del hambre
y la humillación.
Y el buen dios me complacía.
Así fueron pasando años sin alma.
Mis pechos se secaron,
y al cabo
tu padre murió
y yo envejecí.
Ahora sólo espero el fin,
como espera el ocaso a la noche
que habrá de echarle en los ojos
su negro manto.
Pero al menos
gracias al buen Jizo
tú escapaste del látigo de los señores
y de esta cruel existencia de perros.
Nada ni nadie te hará sufrir.
Las penas del mundo no te alcanzarán
jamás,
como no alcanza la artera flecha
al lejano halcón.
 

***

Luis Rogelio Nogueras
CUBA

jueves, 21 de junio de 2012

 

 

 Asunción de tí


1
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.
 

2
Hemos llegado al crepúsculo neutro
donde el día y la noche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
a dejarme los ojos vacíos de ciudad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.
 

3
Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu dueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche
tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.


***

Mario Benedetti
URUGUAY

miércoles, 20 de junio de 2012






ENCUENTRO


Sigo atento los caminos del tiempo:
imaginé el amor como una primavera
transcurriendo apacible, que se torna en otoño
cuando caen las tristezas como las hojas secas
en el fondo del alma, o en invierno de inclementes olvidos.

Amo la claridad como a la lluvia
en que se moja mi abierto corazón sobre la hierba
húmeda del recuerdo;
como a la pluma blanca de la nieve
que no he visto caer en mi ventana.

Suelo mirar de lejos las gaviotas
sobrevolando el mar…;
las sempiternas olas cuando besan las playas
de mi tierra en esta soledad acompañada
de férreas multitudes.

Mas te he encontrado un día bajo la lluvia,
así, sin un por qué, con un por casi,
y desde entonces reencontrarte,
de puro azar o por cansancio,
ha ocupado las horas de mis días,
y lo he olvidado todo….
                                       hasta la primavera!


 
                                                 ***

Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA


 

 

 

Ama al Cisne Salvaje 


No intentes posar tus manos sobre su inocente cuello
(hasta la más suave caricia le parecería el
brutal manejo del verdugo).
 

No intentes susurrarle tu amor o tus penas
(tu voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche).
No remuevas el agua de la laguna no respires.
Para ser tuyo tendría que morir.


Confórmate con su salvaje lejanía
con su ajena belleza
(si vuelve la cabeza escóndete en la hierba).
 

No rompas el hechizo de esta tarde de verano.
Trágate tu amor imposible.
Ámalo libre.
Ama el modo en que ignora que tú existes.
Ama al cisne salvaje.


***

Luis Rogelio Nogueras

CUBA

martes, 19 de junio de 2012




Poema 20
 
 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


***

Pablo Neruda
CHILE

lunes, 18 de junio de 2012






ELEGÍA PARA TI Y PARA MI

         I

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.

Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,

y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

                     II

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,

bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.

Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

                     III

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.

Yo pensaré, quizás: "Qué linda es, todavía".
Tú, quizás pensarás: "Se está poniendo viejo".

Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo, o con otra.
O tu irás con un hijo que debiera ser nuestro.

                     IV

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.

Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.

Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante; pero cada vez menos...

                     V

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.

Ya yo te habré olvidado definitivamente,
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.

(Y quizás, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.)

                     VI

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos, para siempre, cruzadas sobre el pecho.

Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.

Y cada primavera renacerán las rosas,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.

***

José Ángel Buesa
CUBA



Solares confesiones






   GLOSA:                                                     
También el Sol, también el Sol ha amado,
y como todos los que amamos, miente:
puede llevar la luz sobre la frente,
pero lleva la muerte en el costado.

José Martí.

 
Hablaba con el sol, desesperado
por curar en mi alma la amargura,
y pronto supe que desde su altura
también el sol, también el sol ha amado.

Me dijo que su brillo refulgente
viene encendido de un dolor profundo,
pero lo calla por amor al mundo,
y como todos los que amamos, miente.

Me contó su tristeza, desolado,
y descubrí que un hombre entre la gente
puede llevar la luz sobre la frente,

sin parecer a nadie desgraciado,
y así va por la vida sonriente,
pero lleva la muerte en el costado.






***

Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA



El oficio del poeta


Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.


***


José Agustín Goytisolo
ESPAÑA

viernes, 15 de junio de 2012



Vuelo


Noche. ¡Qué noche aquélla! ¡Tormentosa!.
El mundo entre relámpagos ardía
mientras mis labios besaban la rosa
que entre tus muslos tersos florecía.

Éramos un suspiro incandescente
devorando eternas ansiedades
sobre aquélla cobija transparente.
Éramos dos cobrando soledades.

Descubrimos que Dios es algo bueno:
Al cabo nuestros nudos desataba.
Y volé de la punta de tu seno

justo cuando tu cuerpo sollozaba
para ascender en mí, frágil, sereno,
al reino de los cielos... que esperaba.



***


Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA



Calidoscopio


"No hay miel en el infierno, ni frutos amargos en el cielo.”
La Despensa del Diablo


Especias…perfume….carne…cuerpo…dos copas vacías……colores…...piel.....texturas…..terso…..botella de vino tinto….rojo violáceo… corcho húmedo….cuerpos húmedos…. gotitas de vino derramadas…..... fluidos……………………………………… .....sabores…......formas….......anatomía…...........filo…................cortes …………….precisos… filo……..pasión…… rose…… exaltación….......….hornallas prendidas…...................calidez...............wok…..................  oliva….............. aroma intenso………………………………..bolsitas y frascos rotulados…………………..... emociones sin rotular…........ mezcla.........…fusión……………….…ruido crujiente……………………….……..… respiración jadeante………………………...unión………………………..… miradas…. ………………………………….. copas  llenas……………………………………………………platos servidos……….. …………..penetración…………………………….…morder………………………..……masticar...............deleite..................ritual………………………….estremecimiento………………........copas  vacías…............ fruición……………... jadeo……………………………………………velas encendidas…………………..velas apagadas…………………..…… besos suaves……………. platos vacíos……………………………..sábanas revueltas………desorden...............................…..copas  semivacías………………………………………………….. copas  vacías………………...quietud…………………….. calma……………………..ropa tirada en el suelo…………………. restos en los platos……………..…..caricias……………………abrazo……………………………..…….…… besos en la espalda……………………respiración lenta…… ………………………….piernas entrecruzadas..................….....…. sonido de la nada……………………… el reflejo de la bella dama acodada en la cama………………………..…….. el deseo de lo eterno……………………………………una leve sonrisa dibujada en los labios…………………………………………………………………………………………un nuevo día………………………………..……………………………………………………………..un nuevo comienzo………………………………………una esperanza…………...............................un deseo...................una .......................................................................................................ilusión.......................................un final......................
y tu recuerdo en un listado de compras para una extraña receta en mi agenda personal.
 


***


María Fernanda Burgueño
ARGENTINA



 Unicornios


                                                                          "Pero no tengo más
                                                                          que un unicornio azul..."


                                                                                             Silvio Rodríguez


Amo esa luz que llevas en los ojos
y azota con sus destellos a los que en vano
intentan erigirse dueños
de un tesoro inasible.
Tú, la hija pródiga de todas las bellezas;
yo, heredero proscrito del Reino del Alibi.
¿Qué podemos hacer sino tenernos
para que no se descascaren nuestros sueños
y se vengan abajo las áureas utopías?
¿Qué,  sino cabalgarnos mutuamente,
unicornios desnudos de afanes y desastres,
bestiecillas que habitan sin miedo entre la gente
que no puede ver más
que los tristes harapos que nos cubren?


***


Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA

martes, 12 de junio de 2012






No me pidas


No me pidas falsas
colaboraciones, juegos
del equívoco y la confusión:
pídeme que a mi ser
lo lleve hasta su sol sangrando.

No me pidas firmas,

fotos, créditos para un abominable
desarrollo de la doblez: pídeme
que estemos como hermanos
abriéndonos el corazón hasta la muerte.

No halagues mi vanidad, busca mi fuerza,

que es la tuya. No quieras, con tu delicadeza,
que me traicione. No simules
que vas a creer en mi simulación.
No hagamos otro mundo de mentiras.

Vamos a hacer un mundo de verdad, con la verdad partida

como un pan terrible para todos.

Es lo que yo siento que cada día me exige, implacablemente,

la Revolución.




***

Cintio Vitier
CUBA



  POEMA DE LA CULPA


Yo la amé, y era de otro que también la quería.
Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo,
mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría...
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala, Señor, tú, que le diste a ella
su frescura de lluvia y su esplendor de estrella.

Su alma era transparente como un vaso vacío.
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fuera
turbadora y fragante como la primavera?

¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?

Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco que intenta rechazar la simiente.

Era de otro. Era de otro, que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor. Pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Y ella me dio su amor como se da una rosa,
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor... ¡ni yo tampoco!

La culpa es toda tuya, porque la hiciste bella,
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Toda la culpa es tuya, pues me hiciste cobarde
para matar un sueño porque llegaba tarde.

Sí. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpable un río cuando corre hacia el mar.

Es tan bella, Señor, y es tan suave, y tan clara,
que sería un pecado mayor si no la amara.

Y, por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú que hiciste el agua, y la flor, y la estrella,

tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
¡tú también la amarías, si pudieras ser hombre!

***

José Ángel Buesa
CUBA


 

Frente al mar


Oh mar, enorme mar, corazón fiero
De ritmo desigual, corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero.

 Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando:
«Piedad, piedad para el que más ofenda».

Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.

¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena.

Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.

Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría...
Ah, yo soñaba ser como tú eres.

Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.

Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.
¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y la equivoca;
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!

Vuele mi empeño, mi esperanza vuele...
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.

***

Alfonsina Storni

ARGENTINA

 

lunes, 11 de junio de 2012



EN TÍ PENSA YO


En tí pensaba yo, en tus cabellos,
que el reino de la sombra envidiaría.
Y puse un punto de mi vida en ellos,
¡y quise yo soñar que tú eras mía!


***


José Martí
CUBA

viernes, 8 de junio de 2012









BOSQUE DE ROSAS
 

Allí despacio te diré mis cuitas;
Allí en tu boca escribiré mis versos!
Ven, que la soledad será tu escudo!
Pero, si acaso lloras, en tus manos
Esconderé mi rostro, y con mis lágrimas
Borraré los extraños versos míos.

Sufrir ¡tú a quien yo amo, y ser yo el casco
Brutal, y tú, mi amado, el lirio roto?
Oh, la sangre del alma, tú la has visto?
Tiene manos y voz, y al que la vierte
Eternamente entre la sombra acusa.
¡Hay crímenes ocultos, y hay cadáveres
De almas, y hay villanos matadores!
Al bosque ven: del roble más erguido
Un pilón labremos, y en el pilón
Cuantos engañen a mujer pongamos!

Esta es la lidia humana: la tremenda
Batalla de los cascos y los lirios!
Pues los hombres soberbios ¿no son fieras?
Bestias y fieras! Mira, aquí te traigo
Mi bestia muerta, y mi furor domado.—
Ven, a callar; a murmurar; al ruido
De las hojas de Abril y los nidales.
Deja, oh mi amada, las paredes mudas
De esta casa ahoyada y ven conmigo
No al mar que bate y ruge sino al bosque
De rosas que hay al fondo de la selva.
Allí es buena la vida, porque es libre—
Y la virtud, por libre, será cierta,
Por libre, mi respeto meritorio.
Ni el amor, si no es libre, da ventura.
¡Oh, gentes ruines, las que en calma gozan
De robados amores! Si es ajeno
El cariño, el placer de respetarlo
Mayor mil veces es que el de su goce;
Del buen obrar ¡qué orgullo al pecho queda
Y cómo en dulces lágrimas rebosa,
Y en extrañas palabras, que parecen
Aleteos, no voces! Y ¡qué culpa
La de fingir amor! Pues hay tormento
Como aquél, sin amar, de hablar de amores!
Ven, que allí triste iré, pues yo me veo!
Ven, que la soledad será tu escudo!

***
 
José Martí
CUBA













EL ÁNGEL

Ayer una voz del cielo
en mi pecho resonó:
–¿Viste algún ángel en el triste suelo?
y respondí que no.
 

Más tarde te he conocido,
y al conocerte, te amé,
y en raudales de amor se han embebido
mi esperanza y mi fe.
 

También una voz del cielo
hoy ha resonado en mí:
–¿Viste algún ángel en el triste suelo?
¡y respondí que sí!


***

José Martí
CUBA
























Náufrago


Amanece de pronto sobre el mundo en que habito,
y el brillo de los astros se acumula en el centro
de estos ojos que buscan el anhelado encuentro
con el soplo y el ala blanca de lo infinito

Por senderos extraños muchos siglos anduve,
siguiendo sin descanso la señal de mí mismo,
y descendí en la noche sepulcral del abismo
a rescatar el rayo de luz que nunca tuve.

Hoy vuela la esperanza sobre cielos lejanos,
que son como un destello feliz en la alborada;
y en este suelo ignoto de tierra atribulada,

a donde me trajeron los caminos mundanos,
solo me queda un libro que me sirve de almohada,
y una mujer hermosa que duerme entre mis manos.


***


Carlos Rodríguez Almaguer
CUBA
















GRATIA PLENA

Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada como Margarita sin par,
el influjo de su alma celeste amanecía...
Era llena de gracia, como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé qué prestigio lejano y singular.
Más que muchas princesas, princesa parecía:
era llena de gracia como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Yo gocé del privilegio de encontrarla en mi vía
dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría.
¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diez años fue mía;
pero flores tan bellas nunca pueden durar!
¡Era llena de gracia, como el Avemaría,
y a la Fuente de gracia, de donde procedía,
se volvió... como gota que se vuelve a la mar!


***

Amado Nervo
MEXICO
























Volverán las oscuras golondrinas


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales,
jugando llamarán;

pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun mas hermosas,
sus flores abrirán;

pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
esas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
 tu corazón, de su profundo sueño
tal vez despertará;

pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
 

 
***
Gustavo Adolfo Becquer
ESPAÑA

















Fidelia


¡Bien me acuerdo! ¡Hace diez años
y era una tarde serena!
¡Yo era joven y entusiasta,
pura, hermosa y virgen ella!
Estábamos en un bosque
sentados sobre una piedra,
mirando a orillas de un río
cómo temblaban las hierbas.
¡Yo no soy el que era antes,
corazón en primavera,
llama que sube a los cielos,
alma sin culpas ni penas!
¡Tú tampoco eres la misma,
no eres ya la que tú eras;
los destinos han cambiado,
yo estoy triste y tu estás muerta!
 
La hablé al oído en secreto,
y ella inclinó la cabeza;
rompió a llorar como un niño,
y yo amé por vez primera.
 Nos juramos fe constante,
dulce gozo y paz eterna,
y llevar al otro mundo
un amor y una creencia.
Tomamos ¡ay! por testigos
de esta entrevista suprema,
unas aguas que se agotan
y unas plantas que se secan;
nubes que pasan fugaces,
auras que rápidas vuelan,
la música de las hojas,
y el perfume de las selvas.
 
No consultamos entonces
nuestra suerte venidera,
y en alas de la esperanza
lanzamos finas promesas;
no vimos que en torno nuestro
se doblegaban enfermas,
sobre los débiles tallos,
las flores amarillentas;
y en aquel loco delirio,
no presumimos siquiera
que yo al fin me hallara triste,
¡que tú al fin te hallaras muerta!

Después, en tropel alegre,
vinieron bailes y fiestas,
y ella expuso a un mundo vano
su hermosura y su modestia.
La lisonja que seduce,
y el engaño que envenena,
para borrar mi memoria
quisieron besar sus huellas;
pero su arcángel custodio
bajó a cuidar su pureza,
y protegió con sus alas
las ilusiones primeras;
conservó sus ricos sueños
y, para gloria más cierta,
en el vaso de su alma
guardó el olor de las selvas,
guardó el recuerdo apacible
de aquella tarde serena;
mirra de santos consuelos,
áloe de la inocencia...

¡Yo no tuve ángel de guarda
y, para colmo de penas,
desde aquel mismo momento
está en eclipse mi estrella;
que en un estrado, una noche,
al grato son de la orquesta,
yo no sé por qué motivo
se enlutaron mis ideas;
sentí un dolor misterioso,
torné los ojos a ella,
presentí lo venidero:
me vi triste y la vi muerta!

¡Con estos temores vagos
partí a lejanas riberas,
y allá bañé mis memorias
con una lágrima acerba.
Juzgué su amor por el mío,
entibióse mi firmeza,
y en la duda del retorno,
olvidé su imagen bella.
Pero al volver a mis playas,
¿qué cosa Dios me reserva?...
¡Un duro remordimiento,
y el cadáver de Fidelia!
 
Baja Arturo al Occidente
bañado en púrpura regia,
y al soplar del manso Alicio
las eolias arpas suenan;
gime el ave sobre un sauce,
perezosa y soñolienta;
se respira un fresco ambiente,
huele el campo a flores nuevas;
las campanas de la tarde
saludan a las tinieblas,
y en los brazos del reposo
se tiende naturaleza...!
¡Y tus ojos se han cerrado!
¡y llegó tu noche eterna,
y he venido a acompañarte,
y ya estás bajo la tierra!...

¡Bien me acuerdo! Hace diez años
de aquella santa promesa,
y hoy vengo a cumplir mis votos,
y a verte por vez postrera.
Ya he sabido lo pasado...
supe tu amor y tus penas,
y hay una voz que me dice
que en tu alma inmortal me llevas.
Mas... lo pasado fue gloria,
pero el presente, Fidelia,
el presente es un martirio,
¡yo estoy triste y tú estás muerta!

***

Juan Clemente Zenea
CUBA

WALT WHITMAN EN LA MIRADA DE JOSÉ MARTÍ

  EL POETA WALT WHITMAN “Un poeta.—Walt Whitman.—Su vida, su obra y su genio.—Una fiesta literaria en Nueva York.”   Nueva York, abril 23 de...