POEMA DE LA CULPA
Yo la amé, y era de
otro que también la quería.
Perdónala, Señor,
porque la culpa es mía.
Después de haber
besado sus cabellos de trigo,
nada importa la
culpa, pues no importa el castigo.
Fue un pecado
quererla, Señor, y, sin embargo,
mis labios están
dulces por ese amor amargo.
Ella fue como un agua
callada que corría...
Si es culpa tener
sed, toda la culpa es mía.
Perdónala, Señor, tú,
que le diste a ella
su frescura de lluvia
y su esplendor de estrella.
Su alma era
transparente como un vaso vacío.
Yo lo llené de amor.
Todo el pecado es mío.
Pero, ¿cómo no
amarla, si tú hiciste que fuera
turbadora y fragante
como la primavera?
¿Cómo no haberla
amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y
ávida del estío?
Traté de rechazarla,
Señor, inútilmente,
como un surco que
intenta rechazar la simiente.
Era de otro. Era de
otro, que no la merecía,
y por eso, en sus
brazos, seguía siendo mía.
Era de otro, Señor.
Pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos,
y el amor y el ensueño.
Y ella me dio su amor
como se da una rosa,
como quien lo da
todo, dando tan poca cosa...
Una embriaguez
extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable,
Señor... ¡ni yo tampoco!
La culpa es toda
tuya, porque la hiciste bella,
y me diste los ojos
para mirarla a ella.
Toda la culpa es
tuya, pues me hiciste cobarde
para matar un sueño
porque llegaba tarde.
Sí. Nuestra culpa es
tuya, si es una culpa amar
y si es culpable un
río cuando corre hacia el mar.
Es tan bella, Señor,
y es tan suave, y tan clara,
que sería un pecado
mayor si no la amara.
Y, por eso,
perdóname, Señor, porque es tan bella,
que tú que hiciste el
agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el
lamento de este dolor sin nombre,
¡tú también la amarías,
si pudieras ser hombre!
***
José Ángel Buesa
CUBA
!!!!!!!!!!!
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