HOMENAJE
por Lorenzo Suárez Crespo
Esta jornada de sábado en la Casa de la Décima Celestino
García de Pinar del Río, en vísperas del 30 de septiembre, devino en
sentido homenaje a uno de los poetas líricos más importantes de Cuba y
de hecho uno de sus más célebres repentistas en su condición de
patriarca y mecenas en los vitrales de la estrofa mágica que él mismo
bautizara como Viajera Peninsular. Nos referimos a Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí.
Su
dechado humano y lírico, pero sobre todo la defensa de las raíces
campesinas a través de la bella estrofa de los diez versos octosílabos,
hizo que se proclamara, coincidiendo con su fecha de nacimiento, El Día
Iberoamericano de la Décima, consenso acuñado en 1998 en Canarias durante un evento teórico y de repentismo.
Muchos
son los calificativos de los cuales se ha hecho acreedor en su
condición de patriarca y maestro en los derroteros de su creación, magisterio poético y sabias enseñanzas, pero sobre todo nos deja al presente y al futuro un ejemplo de talento, carisma personal y profunda espiritualidad.
En horas de la tarde a orillas de las quietas aguas del Guamá y bajo el ranchón donde reinan los octosílabos al
ritmo de las cuerdas, los niños y jóvenes de los talleres de repentismo
tuvieron sus espacios de reconocimiento al bardo decimero que los había
convocado con respeto y admiración.
Juan Montano, director de la Casa de la Décima,
ofreció un conversatorio sobre el Indio Naborí donde destacó no solo
sus dotes de repentista, sino de promotor, consecuente defensor del
folclor campesino y excelente poeta en otros matices de la poesía como
poemas y sonetos donde su pusieron de manifiesto sus romances, epigramas
y obras patrióticas proclives a la ferviente declamación; excelente poeta además en los temas elegíacos.
Los niños y jóvenes hicieron gala de sus improvisaciones y diálogos poéticos.
En
horas de la noche, como se ha hecho habitual en el Parnaso, fluyeron
los espacios que sábado a sábado se disfrutan por la comunidad, músicos y
repentistas.
Después
del tema musical que identifica al Ranchón, los poetas fueron pasando
por el escenario para, acompañados de las cuerdas, rendir homenaje a
Naborí en el 90 aniversario de su natalicio.
En el paréntesis literario Lorenzo Suárez Crespo hizo alusión a los nuevos textos recibidos desde México y su Frente de Afirmación Hispanista con selecciones poéticas y la revista Norte.
La ocasión fue propicia además para presentar el libro El retorno del quinto mago, Naborí, vida y obra, volumen
tan interesante como necesario para adentrarnos en la sensibilidad
humana del poeta y su vasta creación lírica; texto adquirido en la más
reciente Fiesta Cucalambeana de Las Tunas y que desde ahora estará a la
disposición de nuestros lectores. La autora fue su propia hija Alba
María.
Adriel Ceballos Delgado, uno de nuestros jóvenes poetas, deudor del bardo de Juanelo, se inspiró en su recuerdo para cantarle:
Viajera Peninsular
In Indio te bautizó
Y en diosa te convirtió
Sin ponerte en un altar.
Hecha de viña y pomar
Desde la infancia te vi
Y los poetas de aquí
Te han tejido bella alfombra
Para encontrar en tu sombra
Los ojos de Naborí.
La
alegría de todos fue compartida por una visita que nos enorgullece y
que nos tomara por grata sorpresa: el profesor Juan Silvio Cabrera, de la Universidad pinareña y la profesora argentina Roxana Walton.
Ambos visitantes elogiaron sensiblemente esta fiesta campesina de tan noble empeño en la defensa de nuestras raíces de pertenencia e identidad.
Los
siempre gustados momentos del pie forzado, el piropo cantado y los
diálogos poéticos amenizaron la noche donde no faltaron los divertidos
bailables.
Fue
un sábado naboriano con sabor a versos, a música y repentismo que deja
en los protagonistas la impronta de un ranchón donde, como dice un viejo
lema del Programa Palmas y Cañas, también nace lo cubano.
Ponemos a disposición de nuestros
lectores el repertorio que atesoramos de poetas que le han cantado a
Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí y que permanecerá abierto para recibir a
todos aquellos que deseen enviarnos sus obras.
HOMENAJE
A JESÚS ORTA RUIZ, EL INDIO NABORI.
(30 Septiembre1922- a 2005)
FREDO ARIA S DE LA CANAL
-Frente de Afirmación Hispanista,
Ciudad México. México.
-Amigo Lorenzo:
Ya se nos fue Naborí
a los prados del
Parnaso
donde no estará de paso
pues su morada está ahí.
Quiero decirte otro sí
que tenemos en la tierra
con ganas de mucha guerra
a un matancero (*) de rara
afición a la malara
que su gran talento encierra.
(*)- Se refiere a Francisco Henríquez
Premio José Vasconcelos y director
de Carta Lírica. Poeta y promotor
de la décima malara en Hispanoamérica.
FRANCISCO HENRÍQUEZ
-Unión de Reyes, Matanzas, 1928
A Jesús Orta Ruiz, (Naborí)
1. -Una mañana del mil
novecientos veintidós
vino a la tierra de Dios
este trovador gentil.
Creció en el bello pensil
del lirismo de La Habana,
y desde aquella mañana
que en el empíreo destella
tuvo más fulgor la estrella
de la décima cubana.
2.- Este treinta de diciembre,
de este año dos mil cinco,
debe ser el alto brinco
que eternizado lo siembre.
Mas el treinta de septiembre,
cuando a la vida llegó,
será el punto en que partió
para dar el bello salto,
y poner la gloria en alto
con todo lo que nos dio.
3.- Como quien ama una hurí,
quiso con su fértil estro,
a ese octosílabo nuestro
––mezcla de sol y rubí––.
Y se volvió Naborí
del caribeño solar;
lo extasió rumor del mar
indio, llamado Caribe,
y fue dueño del aljibe,
del arroyo y del palmar.
4.-
De la mano de su lira
la décima fue canción,
que se fue del barracón
sin dejar de ser guajira.
Ya ningún vate la mira
como silvestre despojo,
y con su mejor arrojo
visita el gentil palacio
bajo velos de topacio
y con su pañuelo rojo.
5.-
La lírica trayectoria
del genio de la espinela,
siempre será luz y escuela
en el plantel de la historia.
Porque para darle gloria
con esencia universal,
la sacó del arrabal,
le pulió formas y talles,
y la paseó por las calles
limpias de la capital.
6.-
Igual que El Cucalambé
vivió junto a su Rufina,
Naborí tuvo a Eloína
––fuente de infinita fe––
Por toda su vida fue
regando su culto verso,
y es ya luminoso anverso:
la inefable llamarada
que ilumina la portada
del libro del universo.
REYNALDO GIL GONZÁLEZ
-Limonar, Matanzas, 1944.
Cuando busco la verdad
voy a tu templo, Jesús,
entro, perdono y la luz
desmiente la oscuridad.
Los que aman la honestidad
no son pobres ni son viejos.
Yo, respirando consejos,
hago que mi verso encuentre
la voz del Maestro entre
El reloj y los espejos.
FRANCISCO PEREIRA NÚÑEZ
-Chanchito-Nueva Paz , Habana, 1948
Mi verso viene de allí
del surco y del camellón
como una continuación
de Valiente y Naborí.
De Pablo León bebí
sus licores tropicales,
esas noches musicales
que si el laúd lo provoca,
se le asoman por la boca
los mogotes de Viñales.
RAMÓN ESPINO VALDÉS
-Ramón Espino Valdés
(Mongo Petaka), Las Tunas, 1956.
Moras siempre en la espesura,
reverdeces las sabanas
y en las décimas cubanas
cabalgas por la llanura.
Ya tu encumbrada estatura
es eterna, Naborí;
seguiremos tras de ti
por mar, nube, río y viento
procesando el pensamiento
que adquiriste de Martí.
DAVID ALARCO HINOSTROZA
-Lima, Perú.
No te fuiste, ángel de estío,
moras siempre en la espesura
de la más tierna ternura
nacarada del rocío.
Enmiendas el extravío
del impulso y frenesí,
flores frescas de alelí
ofreces a la esperanza,
mientras tu cuerpo descansa
en paz, Indio Naborí.
JESUS GARCÍA GONZÁLEZ –Tuto-
-Unión de Reyes, Matabzas, 1954
Yo, que fui para el guateque
brillante como un lucero,
ya gasté todo el dinero
que me dieron en un cheque.
La historia me inventó un trueque
entre Pedro y Naborí
y aunque ahora me ves aquí
con todo lo que te doy,
ya yo no sé lo que soy
por no acordarme quién fui.
PEDRO A. PÉREZ
-Holguín, 1950-
De luto se viste el cielo,
pero con su trayectoria
Naborí dejó en la historia
sus huellas claras. El suelo
feliz las guarda. No hay vuelo
que recorra el esplendor
de su lirismo. Calor
disperso en cada espinela.
-Fue el Maestro, y es la escuela
del bardo improvisador.
HECTOR GUTIERREZ JIMENEZ
--Catalina de Guines, Habana, 1977
Yo quiero que Naborí
pueda volver al concierto
para que después de muerto
sepa que es un Dios aquí.
Que siga siendo rubí
aún con oscura mirada,
que la Patria emocionada
le dé el tiempo en que se abriga
y que Eloína le siga
acomodando la almohada.
AMBROSIO ROBAINA ROBAINA.
-Consolación Del Sur, P. Río, 1938
Cómo olvidar al poeta
delicado y amoroso,
improvisador virtuoso
que siempre tuvo una meta.
Todo aquel que lo interpreta
en lo espiritual, lo humano
siempre lo siente cercano
en la comarca sitiera
al ondear de la bandera
bella del punto cubano.
YOSVANY DÍAZ MARTÍNEZ
-Sandino. Pinar del Río.
Vuela el alma por Jesús
Orta Ruiz que en el sendero
del verso se hizo lucero
y nos bañó con su luz.
Un poético capuz
hoy cubre su anatomía
y quiso la muerte fría
encerrarlo sin motivo,
pero Jesús sigue vivo
dentro de la poesía.
BERNARDO PUENTES SIERRA
-Bahía Honda, P. del Río, 1935
Murió el Indio Naborí
que fue el poeta más grande
y siento cómo se expande
la décima que hay en mí.
Puedo decir desde aquí
que fue maestro y escuela
y su imagen se revela
en otras constelaciones,
porque a distintas regiones
hizo llegar la espinela.
JUAN FELIPE PAJÓN
-La Mulata, P. Río, l949
Unas veces te busqué,
otras veces fue casual
porque tú eras mi ideal
en mis versos y en mi fe.
Como siempre te admiré,
Jesús Orta, Naborí,
quise graduarme de ti
y por ser mi preceptor
como el ejemplo mayor
siempre vivirás en mí.
JUAN MONTANO CARO
-Mantua, P. Río, 1952
Por tu gloria, Naborí,
abre sus puertas el cielo,
gratitud de limpio vuelo
con devoto frenesí.
Si la Patria vibra así,
vibra en ella el verso mío.
Por eso no habrá vacío
y por tus ricas facetas
sigues vivo en los poetas
de todo Pinar del Río.
JOSÉ LORENZO DELGADO
-Punta de Palma, P. del Río,1939
Jesús Orta, Naborí
gloria de nuestra espinela,
siempre aprendiste la escuela
literaria de Martí.
Cuando tu obra leí,
maestro imperecedero,
vi iluminarse el sendero,
porque tu obra, Jesús,
se fue repartiendo luz
de amor por el mundo entero.
EUGENIO VICENTE LEÓN
-Puerta de golpe. P. del Río, 1928
Jesús, estás a este suelo
profundamente enraizado,
pues no te ha desalojado
la guardia rural del cielo.
De las campanas del suelo
el adiós desoirás,
insatisfecha quizás
la muerte ha de resignarse.
Al ángel pudo llevarse,
al progenitor, jamás.
MANUELA PADILLA
-Bahía Honda, P. del Río, 1944
Decir Indio Naborí
es hacer que el amor suba
por los predios de mi Cuba
en alas de un colibrí.
Hoy lo sentimos aquí,
no es verdad que se haya ido.
La muerte nos ha mentido,
porque lo siento presente,
jamás podrá estar ausente
el poeta más querido.
CÁNDIDO ARRONTE MARGOYES
-Minas de Matahambre, 1928
Pienso que el Cucalambé
la vistió de guayabera
para que en rimas tuviera
caña, tabaco y café.
Toda esta reliquia fue
atesorándose aquí
y al vuelo del colibrí
con aire renovadores
fue vestida con las flores
líricas de Naborí.
JUAN FRANCISCO ZAMORA
-Guane. Pinar del Río.
Por el Indio Naborí
están tristes las palmeras
y en todas las cordilleras
no florece un alelí.
El vuelo del colibrí
ya no tiene agilidad
y por la celebridad
de sus múltiples aristas
hay luto en los repentistas
del campo y de la ciudad.
LORENZO SUÁREZ CRESPO
-Bahía Honda. P. del Río, 1943
Viajera Peninsular,
cuánto dolor has sufrido
por el Padre que ha partido
a la región estelar.
Siempre que voy a buscar
lo que contigo aprendí
vienes a mi lado y
con los versos de alto vuelo
llegan ángeles del cielo
evocando a Naborí.
JOSÉ MIGUEL MEDEROS
-Bahía Honda, P. del Río, 1933
El Parnaso está de luto,
flota triste la bandera
y en el campo una sitiera
extraña el más noble fruto.
El destino, irresoluto,
hirió a la fértil raíz
del verso, pero un mentís
niega la muerte, el olvido
y en el clamor más sentido
llama a Jesús Orta Ruiz
ERASMO IZQUIERDO ACOSTA
-Las Terrazas, P. del Río, 1962
La décima, fragmentada,
perdió un jirón de su vida
cuando la muerte, atrevida,
cuando la muerte, atrevida,
jugó una mala pasada.
Fue una mortal estocada
que jamás yo comprendí
y al troncharse ese alelí
que era el poeta mayor,
Cuba llora en su dolor
la ausencia de Naborí
JUAN ANTONIO DIAZ
-Consolación del Sur, P. Río, 1970
Ojalá se repitiera
aquel momento de miel
aunque otra vez el cartel
en el techo no estuviera.
Que esté limpia la solera,
que vuelva el pasado urgente
y me permita Valiente,
sin penas y sin sonrojos,
cantar de frente a los ojos
de Naborí nuevamente.
ANDRÉS G. GARCÍA RODRÍGUEZ
-San Juan y Martínez, 1952
Jesús Orta, tu jardín
con esencia yo taladro
para que estés en un cuadro
que pinta Guayasamín.
Bolívar y San Martín
van contigo de la mano
y tú, maestro martiano,
con estirpe y decisión
vives en el corazón
de todo el pueblo cubano.
PORFIRIO VALDÉS ÁLVAREZ
-Bahía Honda, P. del Río, 1927
Cuando supe que había muerto
el sucesor de Espinel,
las calles de San Miguel
se volvieron un desierto.
Lo fui a buscar al concierto,
pero no lo encontré allí.
Claro, porque Naborí,
hombre de tan limpia historia
tiene que estar en la gloria
con Homero y con Martí.
ROBERTO LEZCANO ASCANI0
-San Luis, P. del Río, 1927.
Yo soy guajiro y nací
entre llanos y montañas
y con la miel de las cañas
rápidamente crecí.
Cantando con Naborí
muy pronto logré ascender,
muchas glosas aprender.
También me dejó un sinsonte
y en lo más bello del monte
la luz del amanecer.
LEANDRO CAMARGO
- San Cristóbal, P. Río, 1987
Yo quiero gozar la suerte
de poder cantar contigo,
que tú seas el amigo
bondadoso, firme y fuerte.
Quiero que acabe la muerte,
que regrese Naborí
y que pase por aquí
para tenerlo cercano
y poder darle en la mano
el beso que no le di.
ADRIEL CEBALLOS DELGADO
-San Juan y Martínez, 1985
Viajera Peninsular
In Indio te bautizó
Y en diosa te convirtió
Sin ponerte en un altar.
Hecha de viña y pomar
Desde la infancia te vi
Y los poetas de aquí
Te han tejido bella alfombra
Para encontrar en tu sombra
Los ojos de Naborí.
SINDY MANUEL TORRES
-Consolación del Sur, P. Río
Naborí, canto de espuma,
Rumor de palma y de río
Con un olor a bohío
Más que con tinta en la pluma.
El olvido no se suma
A su larga caravana,
Porque esta Cucalambeana
A estar presente te obliga
Para que tu verso siga
Bebiéndose la mañana.
Obsequio: Casa de la Décima
Celestino García
Pinar del Río
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